LA SEMANA SANTA O SEMANA MAYOR, se inicia el domingo de Ramos, y finaliza el Domingo de Resurrección o Pascua de Resurrección. Es una de las celebraciones mas destacadas por la iglesia cristiana desde sus inicios y que fue instituida por el mismo Jesús de Nazaret.
“…Sigan haciendo esto en memoria de mi” (Lucas 22:19). Lo extraño para muchos y es algo que ha generado preguntas, a veces sin respuesta, es el hecho que la semana santa tenga una fecha variable.
UN POCO DE HISTORIA
Para conmemorar la salida de Egipto guiados por Moisés, los judíos celebraban la Pascua (el Pesaj) el día 15 del mes de Nisán, coincidiendo con el equinoccio de primavera. Utilizaban en su calendario meses lunares de 29 o 30 días, correspondientes a un ciclo completo de la luna (que es de 29 días y medio). El mes se iniciaba con la luna nueva (apenas visible) y el 15 de Nisán siempre coincidía con la luna llena. La fiesta se iniciaba la víspera, el 14 de Nisán, con el sacrificio del cordero, que se comía aquella noche con panes ázimos, después del atardecer, cuando ya se había iniciado el día siguiente según la tradición judía. De acuerdo con el libro del Éxodo el mes de Nisán era el primero del año, aunque más tarde se trasladó al mes de Tishrei (en septiembre).
Según el evangelio de San Juan, la muerte de Cristo tuvo lugar el día de la Preparación de la Pascua judía, que ese año coincidió con un sábado. Murió, por lo tanto, un viernes, 14 de Nisán, cuando los judíos realizaban la matanza de los corderos pascuales. Jesús se convertía así en el Cordero de la Nueva Alianza, cuya sangre se derramaba para el perdón de los pecados.
Paradójicamente, los evangelios sinópticos (San Mateo, San Marcos y San Lucas) mencionan que había celebrado la cena pascual el día anterior, el jueves 13, siguiendo quizás el calendario de Qumran, que correspondía al calendario judío primitivo, anterior a la cautividad de Babilonia, y no el calendario oficial. El domingo 16, primer día de la semana, Cristo resucitó.
A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua cristiana o día de Pascua de Resurrección, con motivo del aniversario de la resurrección de Jesús de Nazaret. Habían surgido en aquel momento numerosas tendencias o grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos. Es en el Concilio de Nicea (en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto.
En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
Que la Pascua se celebrase en domingo.
Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad.
Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el año 525) quien desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana.
En consecuencia, si el 21 de marzo cae en sábado y es plenilunio, el día siguiente, que es el domingo 22 de marzo, puede ser Pascua. Es la fecha más temprana de celebración y la última vez que ocurrió así fue en 1818. A su vez, si la luna llena coincide con el 20 de marzo, es preciso que transcurra un ciclo de 29 días hasta la primera luna llena de primavera, que entonces se retrasa hasta el 18 de abril. Si ese día es domingo, hay que esperar al domingo siguiente, es decir, al 25 de abril, para celebrar la Pascua, tal y como ocurrió en 1943 y ocurrirá en 2038. Por lo tanto, fruto de los criterios fijados en el Concilio de Nicea, la Pascua oscila entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
CELEBRACIONES RELIGIOSAS EN REPÚBLICA DOMINICANA
La Semana Santa empieza en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, primera ciudad europea en el Nuevo Mundo, el Domingo de Ramos con la bendición de los ramos en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes desde las 5:00am. Desde allí se trasladan en procesión hacia la Catedral Primada de América para la celebración de una especial misa o eucaristía.
Se trabaja hasta el miércoles o en algunos lugares hasta el jueves al medio día.
El Jueves Santo por la mañana se hace la Misa Crismal y los sacerdotes renuevan sus promesas y se entregan los Santos Oleos a las parroquias. En la noche (8:00pm) se hace la misa de la Cena del Señor, acompañada del lavatorio de los pies y una procesión.
A mediodía del Viernes Santo se imparte el Sermón de las Siete Palabras, acompañados de los actos conmemorativos de la Pasión y Muerte de Jesús y la Adoración de la Santa Cruz.
En la noche del Sábado Santo tiene lugar la vigilia pascual, a partir de alrededor de las 11:00pm y hasta la madrugada, y que incluye el lucernario, la bendición del fuego, bendición del Cirio Pascual, procesión, pregón pascual, liturgia de la palabra, liturgia bautismal, letanía de los Santos, bendición del agua bautismal y los actos de Confirmación (renovación de las promesas el bautismo).
El Domingo de Resurrección culmina y llega a su fin la Semana Santa con una misa en la mañana o al mediodía.
CELEBRACIONES DEL PUEBLO
La gente aprovecha el feriado de Semana Santa en gran parte para una de tres cosas:
Acudir a los lugares turísticos, principalmente playas y ríos del país.
Visitar sus familiares y lugar de origen.
Descansar y reflexionar en sus hogares.
La ciudad capital de Santo Domingo queda prácticamente desierta a partir del Jueves Santo y hasta el Domingo de Resurrección. Su caótico tráfico vehicular y agitada vida urbana desaparecen por completo y les sustituye una extraña calma y silencio, ajenos a esta ciudad de más de 2 millones de habitantes.
COSTUMBRES CULINARIAS
Buena parte de los dominicanos observa la costumbre de no comer carne durante todos los viernes de la cuaresma, los 40 días anteriores a la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Se preparan diversos platos a base de atún o tuna, bacalao, macarela y otros pescados. La ensalada de papas es un plato de acompañamiento popular y en estas fechas es común la preparación de locrio de arenque o bacalao, receta de arroz cocinado con dichos pescados.
En zonas como San Pedro de Macorís, se preparan también "domplines", un sencillo pero delicioso plato de harina relleno de carne, o para la fecha, de pescado como arenque o bacalao.
Pero el plato emblemático de la cuaresma y hasta inicios de la Semana Santa es el de "Habichuelas con Dulce" o simplemente "Habichuelas Dulces" a base de frijoles rojos, especias como el clavo y la canela, batata (papa dulce), leche condensada, coco rayado y pasas, aunque cada familia o amante de la cocina tiene su propia receta y variante. Las habichuelas dulces se acostumbran servir y brindar frías y acompañadas de unas galletitas redonditas con una cruz en su cara superior.
El Chacá, a base de maíz (choclo), leche, azucar y especias, es otro dulce tradicional de la época pero con distribución geográfica limitada.
Otros dulces populares son los buñuelos, el arroz con leche, y los dulces a base de frutas como lechoza, naranja y cajuil.
Uno de los aspectos más bonitos es que las personas o familias preparan estos platos y dulces en grandes cantidades para poder brindarlos y/o intercambiarlos con otras familias como gesto de amistad. Donde quiera que visitas, sales con un frasquito de dulce que te brindan para que te lleves.
CARNAVALES CIMARRONES
El cimarronaje fueron acciones que realizaban los negros esclavos de escapar hacia lugares inhóspitos, en busca de libertad, ese acto recibía el nombre de "manieles", espacio donde los negros esclavos eran sus propios jefes, y tomaban sus decisiones en un estado de democratización y libertad.
Existen diferentes interpretaciones que dicen que esta manifestación folclórica es de ofensa a Dios, porque se hace en los días más santos de la Iglesia Católica, siendo esto interpretado por el sociólogo Dagoberto Tejada como la fiesta a la llegada de la primavera, que es la festividad a la naturaleza.
El Carnaval Cimarrón, es el que se celebra en Semana Santa en lugares como Elías Piña, a diferencia del resto del país y el mundo, que los celebran previos a la cuaresma en febrero.
Las máscaras del diablo
Como en el resto de los carnavales dominicanos, que no son tradicionalmente de salón y desfiles de baile como en otro países, el elemento principal son los "diablos", hombres de la comunidad disfrazados con máscaras de cartón, macutos o güiros y cubiertos de plumas, desechos fósiles o industriales y que salen armados de fuetes a castigar a la población. Por lo general van de casa en casa preguntando por el comportamiento de los niños.
Un rasgo particular en Elías Piña, además de su celebración en Semana Santa, es que al finalizar la celebración, las máscaras se queman y sus cenizas se esparcen por los campos.
Las cachúas de Cabral
Las Cachúas, con un mameluco coloreado y alas de murciélago, tienen una de las máscaras más hermosas del país sin pintura, en base a papel multicolor de vejiga y crepé, donde sobresale una enorme cabellera.
Sus celebraciones culminan el lunes después de Semana Santa, con saludos, repicando sus fuetes y quemando un Judas en el cementerio de Cabral.
Este carnaval, con la musicalidad de sus fuetes y sus cabelleras, constituye la muestra más trascendente de su cultura popular
El Gagá
El Gagá es una muestra de cimarronaje, ceremonia de tránsito entre la vida y la muerte. La danza es una expresión de vida, y la forma erótica de menear la cadera es símbolo de fecundidad. En este baile nunca se va a encontrar una erección o excitación por parte de sus integrantes, pues para ellos es una ofrenda a los dioses por la llegada de la Primavera.
El término Gagá es una transliteración de la palabra "rara", del "patois", que designa un ritual de origen africano vinculado al vudú. Se dice que este último vocablo deriva a su vez de "rada", tribu africana de Dahomey.
Es mezcla de creencias y ceremonias africanas centradas en el trance o posesión espiritual, en la que juega un papel interesante el vodú; el Gagá a pasado a ser un culto dominicano ligado a un contexto socio-económico.
El Gagá es considerado como un grupo de bailadores de origen afro-antillano practicado por los trabajadores negros de los ingenios azucareros dominicanos.